jueves, 13 de junio de 2013

Querido yo a los 17

Me han pasado un vídeo precioso.

Se llama "Querido yo a los 17", dura 11 minutos y está con ese nombre en Youtube. Lo han grabado los estudiantes que se gradúan este año 2013 de la universidad de Sevilla. Aparecen muchos de ellos dando mensajes cortos, que supongo que será lo que les hubiera gustado saber a los 18, 19, 20... cuando empezaron la carrera, los primeros cursos más teóricos, la entrada a la unidad docente... 

La verdad es que me ha tocado la fibra. Realmente había perdido un poco la motivación por la Medicina tras los exámenes. No sé, tal vez el estrés de los exámenes ha convertido unas asignaturas que podían haber sido maravillosas o al menos muy disfrutables en un auténtico incordio. Creo que eso y la envidia por no haber sido monitora de anatomía me han afectado. Me gustaría tener la certeza de que podré mantener una actitud positiva durante el segundo curso, pero esa no es la realidad. Al menos lo intentaré. 
El vídeo y la comida de hoy con dos de mis chicas de Medicina me han subido la "moral médica" :) 

miércoles, 5 de junio de 2013

¡Buena suerte a los que hacéis PAU!

Esta entrada es para desearos buena suerte a los que hacéis PAU o Selectividad estos días. 

Según mi experiencia, id a casa a echar la siesta si podéis entre examen y examen. Y comed en casa también si podéis, que allí hay mucha más tranquilidad para repasar, dormir, cambiaros de ropa... O lo que queráis.
De verdad os digo que las preguntitas de las amigas histéricas antes de un examen te ponen mucho más histérica a ti. 

Lo de repasar depende de cada cuál. A mí, por ejemplo, repasar me viene bien, porque siento que me vuelve a la mente todo lo que he estudiado. Pero en cambio los test de prueba me ponen muy nerviosa, porque me bloqueo, no recuerdo la materia y pienso que no me lo sé cuando no es verdad. 

Bueno, os dejo que con los estudios de última hora seguro que o tenéis tiempo para leer nada. ¡Suerte, chicos! 

domingo, 2 de junio de 2013

Cena de clase

Este último jueves tuvimos la tercera cena de clase del año.


A la primera de todas fui, pero no me quedé a la fiesta de después porque no me sentía del todo cómoda. No sé, aún no nos conocíamos lo suficiente los compañeros, y a mí las discotecas siempre me han resultado lugares... cómo decirlo... difíciles. Si tengo un buen día, disfruto de la música y de moverme sin reglas; en cambio, si me siento más débil o pequeña, no soy capaz de relajarme y me agobian las luces, el humo, la gente que empuja y reduce tu espacio vital a un minúsculo cuadrado. 


Pero esta vez me he empeñado. Si no sales y te socializas, acabas por aislarte. Y yo siempre he querido sentirme parte del grupo. 
Así que allá fui. Fuimos todas mis amigas (sino tal vez no me hubiera atrevido) y la verdad es que me lo pasé genial.
Cenamos en un centro comercial (al final terminamos hablando de tres en tres, pero es inevitable) y luego fuimos a litrar debajo de un puente, sentados en unas escaleras. Estuvimos allí aproximadamente un par de horas, hasta que entramos a una discoteca. ¡Hacía un frío! Tan sólo llevaba unas medias finas y estuve tiritando hasta que una amiga me prestó su pañuelo para ponérmelo sobre las rodillas. 
Ha sido de las pocas veces que he sentido muchísimo frío y no me ha importado porque realmente estaba disfrutando. Acabamos cantando todos juntos, yo no me lo creía.


En la discoteca estuvimos más disgregados, cada grupo por su lado. Nos tropezábamos unos con otros en el servicio, la barra o el guardarropa; estuvo realmente bien. Nos marchamos en torno a las cinco de la mañana, cuando cerraron la sala. 



El balance general es muy positivo. No es que a partir de ahora vaya a ser la reina de la fiesta, pero por lo menos estuve allí. Me vieron, hablé con casi todos... Un paso más en la integración social universitaria :)