lunes, 17 de octubre de 2016

Primera experiencia: Autopsia

¡Hola!

¿Cómo os va la vida?

A mí me va bien; hay días (como hoy) en los que voy de la ceca a la meca corriendo todo el día y, evidentemente, estoy cansada. Pero mola mucho porque estoy viendo que realmente soy capaz de organizarme y hacerlo todo sin estar excesivamente (un cierto nivel en mí es irremediable jeje) estresada.

Vengo a contaros algo que he hecho hoy porque ha sido tan impactante que necesito compartirlo con vosotros.

He presenciado por primera vez en mi vida una autopsia.

Sí, sí, como lo leéis. Una autopsia.

Y, especialmente al principio, lo he pasado francamente mal.

La visión de una persona fallecida en una mesa de autopsias no tiene absolutamente nada que ver con los cadáveres de la sala de prácticas de Anatomía. 
En Anato estaban totalmente despersonalizados, con la cara cubierta y, la gran mayoría de ellos, ya diseccionados. Estaban resecados y olían a la sustancia en la que los mantenían conservados (que no sé si es formol o algún otro producto químico). Nos centrábamos en estudiar cada pequeña parte de su cuerpo y realmente no me impresionaron tanto. Asumí que aquello ya no era la persona, sino simplemente el recipiente orgánico que la había contenido.
"La autopsia" de Enrique Simonet, 1890

En cambio, hoy no he sido capaz de hacer esa reflexión, al menos durante la primera parte de la operación.
Tenía los ojos abiertos, oscurecidos por la desecación corneal, y parecía que en cualquier momento fuera a levantarse y echar a andar. La cara, la piel, todo me recordaba que ese cuerpo inerte hacía algunas horas respiraba, hablaba, pensaba y sentía. Que era una persona. Una persona que nunca volvería. 

Pero claro, ya no había vida en ese organismo y solo era un conjunto de células en proceso de putrefacción.
Así que los forenses han procedido a la autopsia.

"La clase de Anatomía del Dr Nicolás Tulp" de Rembrandt, 1632
Ha sido increíble presenciarlo: verlo, tocarlo, olerlo. Una parte de mí estaba horrorizada ante semejante monstruosidad a un ser humano, y me tenía que recordar constantemente que no lo viera tanto como una persona sino como el recipiente orgánico de una conciencia que ya se fue; y otra estaba anonadada por lo diferentes que son los órganos y tejidos en un cadáver reciente de uno de larga conservación para estudio anatómico: el inicio de la putrefacción, la grasa licuada, la sangre coagulada, el color de todos los órganos y vasos, la piel enrojecida con marcas vasculares, la frialdad al tacto. Los pulmones crujían un poco del aire que tenían dentro, al abrir el intestino ha salido contenido alimenticio fuera, hemos podido tocar la tráquea y comprobar lo endeble que es en realidad.
Impactante se queda corto.

Personalmente, dejando de lado el tema emocional y centrándome en lo físico, el olor ha sido para mí lo más difícil de soportar. Es un olor penetrante, que estaba siendo tolerable hasta que me ha sacudido de golpe cuando han abierto las cavidades abdominal y torácica. Ahí casi me han dado ganas de vomitar. Pero intentando respirar por la boca y alejándome cuando sentía que era más fuerte, he logrado sobrellevar la autopsia entera sin tener que salir. 

Realmente, a veces (sobre todo ahora que estamos estudiando Medicina Legal y Forense que trata todos estos temas) me planteo si siendo tan sensible el trabajo de médico no acabará conmigo.  
Tengo que hacer el esfuerzo de desdramatizar y deshumanizar para poder soportar (y llevarlas a cabo el día que me toque) ciertas cosas que se ven en la carrera, especialmente en las prácticas. 
Y no sé cuál es el buen punto medio, porque quiero ser una buena profesional y que las emociones no me cieguen pero no quiero dejar de ser empática y sensible porque algo en mí me dice que eso es lo mejor de la vida y lo que nos hace ser humanos. O al menos lo que me hace a mí ser humana. 
Supongo que, como todo, lo iré aprendiendo poco a poco y a fuerza de errores (no hay como equivocarse para aprender la lección). Pero, también como con todo, la duda siempre está ahí.

¿Vosotros también os sentís así a veces? ¿Cuál creéis que es la mejor manera de enfrentaros a estas emociones?

Que os vaya muy bien la semana, y nos vamos leyendo :)