domingo, 26 de noviembre de 2017

Rotación por Cardiología Infantil (Sexto)



Ay, el corazón...

Qué órgano más bonito y poco amigo del estudiante...

Me refiero a que, a mí al menos, me parece uno de los órganos más complejos de entender a nivel de fisiología y de pruebas complementarias; que levante la mano el/la estudiante que sepa leer bien un electrocardiograma a pesar de las múltiples veces que hemos estudiado el corazón en la carrera.

¿Y qué tal si hablamos del ecocardio?

Pues eso.
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Yo cuando me dejaron trastear con el ecocardiógrafo
¿Qué contaros de estas prácticas?

Durante la rotación he ido a la consulta, a la Unidad de Cuidados Intensivos tanto Neonatales como Pediátricos y al quirófano.

Vamos, que he husmeado todo lo que he podido :)

Y todo muy muy interesante pero tremendísimamente difícil.

Las UCIs me han impactado mucho.

Ver a un niño, una persona minúscula en una cama enorme, abarrotado de cables, con mascarillas y/o vendas y/o vías por todas partes es terrible.
Y todavía se les veía jugar con globos o saludarnos con entusiasmo al pasar por al lado de sus boxes.

Sin embargo, los que me partían por dentro eran los padres. Día y noche, con ojeras hasta el suelo,asustad@s, preocupad@s, dispuest@s a darlo todo por sus niñ@s.

¿Y la consulta?

La cardio infantil no tiene nada que ver con la de los adultos, las patologías que se estudian son completamente diferentes.
Cardiopatías congénitas, canalopatías, síndromes pluripatológicos poco frecuentes...

La mayor parte de los pacientes venían para revisiones con final feliz de cardiopatías operadas que habían quedado razonablemente bien o soplos que habían desaparecido.

Pero, como siempre, un hospital es un hospital, y siempre se ven ejemplos de lo dolorosos que pueden ser los envites de la vida: niños con veinticinco operaciones o pacientes a los que estar enfermos desde tan pequeños les ha desestructurado la cabeza y cuando se van haciendo mayores tienen que lidiar con ello.

Esta rotación ha tenido su parte bonita y su parte dura.

Ver a los niños reírse, parlotear, llorar a pleno pulmón y callarse de golpe porque les hacías alguna monería con algún juguete u objeto que sirviera como tal (dale un boli de color a un enano de dos años) o sonaba alguna canción ha sido genial.

Ha sido lo mejor, de hecho.

Capaces de arreglarte el día por muy mal que hubiera empezado.

Es increíble todo lo que se puede observar desde este lado del escritorio.
Qué diferentes son los niños, los padres, los matrimonios, los hermanos, las parejas, las familias...entre sí. De un paciente a otro.

Pero la enfermedad puede ser muy jodida. Y destruir muchas cosas. Y lo poco que puedes hacer al respecto como médico, y como estudiante ni os cuento, es frustrante. Muy frustrante.
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-Hazel, ¿qué podemos hacer por ti?
Sacudí la cabeza y empecé a llorar otra vez.
- ¿Qué podemos hacer?- volvió  a preguntarme
Me encogí de hombros.
Pero ella siguió preguntando, como si hubiera algo que pudiera hacer, hasta que al final me arrastré por el sofá hasta su regazo, mi padre se acercó y me abrazó muy fuerte las piernas, yo abracé a mi madre por la cintura, y me sujetaron durante horas mientras subía la marea.

"Bajo la misma estrella" de John Green


En el quirófano he alucinado en colorines y por fin he visualizado cómo se intentan arreglar ciertas cardiopatías.

Los movimientos del corazón, los músculos papilares de las válvulas, los grandes vasos, el ductus...
¿Y la circulación extracorpórea?
Bueno, bueno. bueno.
Cosa número dos que me ha parecido ciencia ficción de este año.
La cirugía fetal me volvió todavía más loca pero esto también fue im-presionante.



¿Qué he aprendido durante esta rotación?

- A nivel personal: a apreciar todavía más si cabe cada pequeño instante de alegría, cada sonrisa y cada abrazo. Mi salud, mi propio cuerpo. Mi familia.
A soltarme otro poco más con los pacientes y sus familiares, explorando, explicando y jugando con los niños.
A comunicarme con los diferentes miembros del equipo, que cada uno somos hijos de nuestro padre y de nuestra madre y no siempre es fácil. De hecho, eso es una de las cosas que más me cuestan de la jungla que es un hospital: las relaciones interpersonales. Y, no obstante, son una de las razones por la cual me levanto con una sonrisa para ir a las prácticas.

- A nivel teórico: electro + electro + electro + ecocardio + ecocardio + ecocardio + auscultación + auscultación + auscultación.

¿A que os gusta mi resumen?

También repasar las cardiopatías congénitas, aprender la asociación de algunos fármacos con la cardiotoxicidad, intentar (intentar) recordar los nombres de los síndromes que suelen traer afectación cardiaca consigo...

Evidentemente, he necesitado ayuda para aprender tantas cosas; aquí os dejo los enlaces a mis trucos del almendruco ;P
- A nivel práctico: He intentado aprender a realizar una exploración ecocardiográfica...y bueno, los resultados no son fantásticos pero seguiremos trabajando en ello si algún día me surge la oportunidad xD
Y lo que ya os he comentado, hacer oído y más oído y más oído con mi mascota el fonendo :)


¿Conclusión?

Me ha gustado, he aprovechado todo lo posible, me he quedado con la sensación de conocimiento inabarcable y con la "rabia" de no haber podido comprender a fondo los casos complejos de las UCIs por falta de ¿tiempo? ¿dedicación?
Son casos muy difíciles en los que todos tenían dudas sobre cómo actuar... con suerte si llegué a entender el problema de base xD

De la consulta he salido mucho más satisfecha. Era más asequible para mi nivel, entonces mi sensación de inpetitud no era tan grande; hasta sentía que controlaba un poco la situación los últimos días.


¿Y la pediatría?
Lo mejor, los niños.
El resto no me emociona tanto.

Pero ya veremos :)

Ahora os toca a vosotr@s: ¿Os gusta la cardio? ¿La pediatría? ¿Habéis rotado alguna vez por aquí?